Todos los molinos, excepto “El Zurdo” –comprado por D. Ramón Serrano Súñer en 1941-, son de construcción reciente (años sesenta y setenta) levantados sobre cimientos originales y de propiedad municipal.
No se sabe con certeza el origen de los molinos de Mota del Cuervo, ni su número exacto; pero sí se conoce que a principios del siglo XVI, al sufrir la Mancha una gran sequía que duró cuarenta años se implantaron los molinos de viento debido a que el cauce de los ríos era escaso, razón por la que eligieron los lugares más elevados como motillas, cerros o lomas en los cuales el viento soplaba con intensidad y era capaz de mover sus enormes aspas. Algunos autores han utilizado la “alcabala del viento”, un impuesto que ya se cobraba en 1503, para fechar el origen de los molinos de viento en Mota del Cuervo; pero este impuesto nada tiene que ver con molinos.
En las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575) no hay ninguna pregunta específica sobre los molinos de viento, y ello quizás impidió algunas respuestas más concretas, limitándose a los molinos de agua. Para el caso de Mota del Cuervo, no se hace mención de ellos –y puede que ya existieran-, mientras que en los municipios de alrededor como Belmonte, El Pedernoso o Las Mesas, sí se mencionan. Es la fecha de 1603 la que nos confirma documentalmente que ya existían los molinos moteños; corresponde con una visita de la Orden de Santiago a esta villa, y se afirma que a la Mesa Maestral le pertenecen dos fanegas de trigo de cada molino de viento, siempre y cuando el molino muela durante sesenta días al año.
En el Catastro de Ensenada (1752) se registran los nombres de los dueños de los "15 molinos de viento harineros sitos en la loma y rivera de esta villa, los que muelen con una piedra", entre los que se encuentran un presbítero, una vecina de El Bonillo, un fraile del hábito de San Juan, el Convento de Religiosos Calzados de la Santísima Trinidad de la villa de Santa María del Campo y un vecino de Madrid.
Molinos de Viento de Mota del Cuervo. Fuente propia |
También en el Catastro, entre los impuestos pertenecientes a la
Alcaidía, encontramos el derecho que llaman “mencal”, que consiste en dos
fanegas de trigo que se cobra de un molino de viento sito en la ribera de esta
villa y paraje donde antiguamente estaba situado el castillo de dicha Alcaidía.
La Mesa Maestral del Partido de Quintanar seguía percibendo, como en el siglo
anterior, este mismo derecho que los dueños de los molinos de viento sitos en
la loma y ribera del término de esta villa pagaban por cada uno de los molinos.
A mediados del siglo XIX, según
Pascual Madoz, había 150 molinos en la Mancha, de los cuales 18 estaban en Mota
del Cuervo; pero otros autores –sin prueba documental- hablan de 23, a tenor de
los cimientos o "sitios" que de ellos se conservan. En el Libro de
Cédulas de vecindad se llegan a registrar en 1857 hasta 26 molineros, la
mayoría de la familia Zarco-Bacas, lo cual no quiere decir que correspondiera
con otros tantos molinos. En las mismas fechas y según el Nomenclator de la
Provincia de Cuenca (1860), en Mota del Cuervo había 11 molinos de viento, a
1,5 kms. de la villa. A finales de siglo se siguen manteniendo.
Es a principios del siglo XX cuando comienza a decaer el uso de los molinos, desplazados por la energía eléctrica. En 1929 molió por última vez "El Zurdo" (nombre que se le dio por girar sus aspas a izquierdas). Poco a poco, al carecer de utilidad fueron abandonados por sus propietarios.
Es a principios del siglo XX cuando comienza a decaer el uso de los molinos, desplazados por la energía eléctrica. En 1929 molió por última vez "El Zurdo" (nombre que se le dio por girar sus aspas a izquierdas). Poco a poco, al carecer de utilidad fueron abandonados por sus propietarios.
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